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Análisis de Nioh

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Nioh es la nueva apuesta dentro del género de la acción de Sony para PlayStation 4. Desarrollado por Team Ninja y bebiendo de títulos como Onimusha, Ninja Gaiden o Dark Souls, este juego aúna acción y RPG bajo una ambientación japonesa fantástica con un nivel de dificultad exigente para el jugador. Un juego exclusivo para la consola de sobremesa puesto a la venta el pasado 8 de febrero en España. ¿Te atreves a acompañarnos en este viaje a un Japón feudal lleno de magia y misterios?

Un largo proceso de producción

Nioh nació en 2004 como proyecto bajo el título de Oni, en paralelo a una película dirigida por el hijo de Akira Kurosawa, Hisao Kuroswa. Un año más tarde, la película fue cancelada por problemas de producción, pero el desarrollo del videojuego siguió adelante. En 2005 era presentado como un título exclusivo para PlayStation 3, pasando a llamarse Ni-Oh.

Durante años cayó en el olvido y no se supo de él hasta el 2009, cuando Koei anunció que el juego estaba en desarrollo. Pero de nuevo volvió a hacerse silencio durante otros seis años, hasta que se volvió a mostrar en 2015 con motivo del Tokyo Game Show, ahora como un exclusivo de PlayStation 4.

Tras varios retrasos, debido a pequeños cambios en la jugabilidad y la localización del juego, al contar con lanzamiento simultáneo en todo el mundo, finalmente el juego vio la luz el pasado 8 de febrero de 2017.

El japón feudal fantástico

Nioh está ambientado en el siglo XIV, durante el periodo Sengoku, una época oscura en la que el archipiélago se vio sumido en distintas guerras internas. El protagonista de esta historia lo encarna William, un pirata inglés que es retenido por la reina de Inglaterra interesada en saber más de la Amrita. Esta piedra originaria de Japón, otorga unos poderes místicos a su poseedor y que el imperio Británico quiere usar en su guerra contra los españoles. El plan es provocar inestabilidad política en Japón para facilitar la extracción de este curioso recurso mineral.

William, ayudado por el espíritu guardián Saorise, escapa de la cárcel de la torre de Londres, no sin antes de ver como la piedra Amrita afecta a los seres humanos, transformándolos en bestias. Guiado por Saorise, decide viajar a Japón e intentar parar los pies a los enviados de la reina para desestabilizar el archipiélago, ya de por sí sumido en guerras internas por el poder.

Un nuevo reto para el jugador

En la última década se han escuchado muchas críticas sobre la falta de dificultad de los videojuegos. Ya no se premia tanto al jugador con retos que desafían su habilidad o inteligencia, sino que se busca, por encima de todo, que el jugador pueda completar el juego y vivir una experiencia completa, antes de que desista y deje el título por imposible. Con esto se consigue contar una historia por completo y enganchar al jugador para una siguiente entrega de una posible saga.

Pero los jugones de antaño, los que se dejaban las monedas en las recreativas, critican que los juegos ya no representan un reto. Son fáciles de superar, hechos para el jugador casual con partidas cortas y rápidas. No son un producto para el aficionado de toda la vida.

Dark Souls fue un rayo de luz para estos jugadores veteranos que rompió con esta tendencia. Un juego que exige lo mejor al jugador, sobre todo su paciencia. Un juego que premia los descuidos del jugador con una muerte casi instantánea. Esto gustó a los jugadores, convirtiendo a la saga Souls en todo un referente, dando incluso hasta para un spin-off como Bloodborne.

Una mezcla de conceptos para reformular el género

Nioh es un juego en tercera persona de acción que incluye mecánicas de exploración, aventura y RPG, con un nivel de dificultad exigente para el jugador.

El protagonista, armado con un par de armas cuerpo a cuerpo -entre cinco tipos distintos- y otras dos a distancia, debe abrirse paso por los distintos niveles haciendo frente a todo tipo de enemigos. Los enemigos van desde humanos corrientes, como ladrones, samuráis, arqueros, lanceros… hasta seres místicos como yokais. Estos últimos son de los que hay que tener más cuidado, algunos de ellos son de grandes como un humano normal, pero son muy rápidos y se abalanzan encima provocando efectos como envenenamiento. Otros son grandes bestias, lentas pero mortales con el primer golpe.

Tras jugar las primeras horas a Nioh es obvio pensar en las referencias a la saga Dark Souls de Bandai Namco. Las mecánicas, el estilo de juego y sobre todo la dificultad, le han valido para ser bautizado por muchos como el “Dark Souls japonés”.

Pero Nioh tiene muchos más detalles que lo diferencian de la trilogía de From Software. Para empezar, el juego también nos recuerda a otra saga de acción del Team Ninja que brilló con luz propia en 2005, hablamos de Ninja Gaiden. Este también destacó por su dificultad, así como por su estilo de juego y los grandes jefes finales. Es verdad que la velocidad de juego en Ninja Gaiden era más frenética, pero aquél título también exigía calcular muy bien nuestros movimientos, ya que muchas veces los pequeños enemigos podían acabar con nosotros fácilmente.

Por último, por la ambientación. A un viejo jugón como yo Noih también me recuerda a otra saga que estuvo muy de moda a principios de este siglo, hablo de Onimusha de Capcom. Ambientado también en el periodo Sengoku, con fantasía y magia, lleno de espíritus y yokai. Onimusha fue todo un referente en PlayStation 2.

Pero Nioh no sólo ha asimilado conceptos como la ambientación y mecánicas de estos juegos. También ha añadido sus propias ideas para reformular el género y sorprender al jugador.

Uno de los detalles más interesantes del juego sin lugar a dudas es el uso del Kenjutsu, el arte de la espada. El protagonista tiene la posibilidad de usar tres posiciones de combate: alta, media y baja. Cada una tiene sus pros y contras, siendo útiles según el enemigo que tengamos en frente. En la alta, el jugador portará la espada en alto, efectuando cortes verticales, lentos pero potentes. La media será la postura común, mientras la baja será para movernos rápido y asestar varios golpes en distintas direcciones cuando estemos rodeados. Estas posturas no sólo son de uso privado del protagonista, puesto que los enemigos también harán uso de ellos, teniendo que adaptarnos a cada uno, a su forma de luchar.

Otro tema muy interesante que aporta Nioh es el uso de la estamina o resistencia. Nuestras acciones, como correr, golpear, esquivar consumirá estamina. En caso de gastarse nos dejará agotados a expensas del enemigo. Esta barra se irá recuperando poco a poco en combate, así que debemos gestionar inteligentemente el uso de esta estamina como en Dark Souls. Pero a diferencia de éste, podemos recuperarla tras realizar un pulso de Ki. Se trata de sincronizar la pulsación del botón R1, tras nuestros ataques, con un destello azul que aparece alrededor nuestro. Si conseguimos pulsarlo en el momento adecuado, la energía gastada con ese movimiento lo recuperamos al momento. De esta manera podemos movernos y atacar, recuperando energía sin cansarnos, si conseguimos sincronizar la pulsación de botones de ataque y el R1 para recuperar estamina. Con ciertos enemigos esto será primordial para salir airosos del combate.

A parte de las posturas y el pulso de Ki, también es interesante la inclusión del espíritu guardián. Un modo en el que el protagonista despierta a un espíritu, ganado efectos especiales por un tiempo limitado. Para despertar al espíritu hay que acumular una barra de energía a través de nuestros ataques.

Por último, otro detalle que me ha gustado bastante de los propuestos por Nioh es el de las apariciones. Como en la saga Souls, cuando jugamos conectados a la red, podemos ver donde han muerto otros jugadores, con una especie de tumbas. Esto nos sirve principalmente para poder intuir zonas peligrosas, lugares donde otros jugadores han mordido el polvo. Pero la novedad en este título es que podemos despertar el espíritu caído, que tras vencerlo, podemos hacernos con los objetos que llevaba este antes de morir.

El desarrollo del juego es lento, similar al de la saga Souls. Aunque al jugador le guste avanzar rápido, Nioh te obliga a ir pausadamente, avanzando poco a poco, paso a paso, mirando bien por donde pisamos. El juego intentará sorprenderte, con enemigos que salen desde las esquinas y puntos ciegos, suelos que se desprenden cayendo al piso de abajo, etc.

Otra novedad en este punto es que la historia se desarrolla a medida que avanzamos en el juego, mediante escenas cinemáticas o narraciones en voz en off del protagonista. Este detalle es otro de los que rompe completamente con la saga Souls, ya que avanzaremos en la historia según los objetos que vayamos encontrando.

Técnicamente aceptable

Aunque técnicamente Nioh cumple, puede dar la sensación de que no termina de llegar a la excelencia. Durante las horas que hemos jugado a él hemos visto alguna que otra bajada del framerate. Eso sí, nada grave pero cuando hay varios personajes en pantalla, efectos ambientales o movimiento de la cámara bruscos, el juego se resiente al pintar personajes en la distancia.

Solventando este problema menor. El juego se mueve bien, puede mostrar en pantalla varios enemigos, algunos de ellos de gran tamaño, así como efectos de partículas, luces, fuego o agua. Los combates son ágiles y la cámara se mueve bien, enfocando correctamente al enemigo desde una distancia correcta, que no nos deja vendidos. Esta también se comporta bien en escenarios pequeños.

La banda sonora es épica y tranquila en los momentos de exploración. Ambienta correctamente la historia, mientras que acompaña correctamente al juego, dejando que sean los enemigos los que nos asusten, no la música de fondo.

Opinión personal

Nioh es un juego exigente con una ambientación increíble y detalles que lo convierten en algo más que un “Dark Souls japonés”. La inclusión de las posturas de combate, el pulso de Ki y el poder de enfrentarte a los espíritus de otros jugadores muertos, son novedades tan interesantes que lo convierten en un juego único por sí sólo.

Pero sin lugar a dudas, para mi el mejor acierto es la ambientación del título. Un japón feudal de la época Sengoku con elementos fantásticos, inclusión de magia, misticismo, yokais y demonios. El protagonista se gana rápidamente al jugador con su carisma, sin ser un personaje editado por el jugador,, lo que ayuda a la inmersión en la historia. La trama también está muy bien llevada y narrada, atrapándote fácilmente.

Si eres fan de los juegos de acción en tercera persona y te apasiona la ambientación del Japón feudal, debes probar Nioh. Es cierto que es un juego exigente, pero bajo mi punto de vista, tras jugar a la saga Dark Souls, Nioh posee una curva de dificultad más progresiva. No acaba con tu paciencia en los primeros 10 minutos de juego, peligrando que lo lances por la ventana y no vuelvas a meter el disco en la consola. Al ser más progresivo, la sensación de avanzar y conseguir superar retos complicados resulta más gratificante y gradual.

Lo mejor

  • La ambientación
  • Los estilos de kenjutsu y las distintas armas
  • Poder recuperar energía con el Pulso de Ki
  • Retar a otros jugadores caídos

Lo peor

  • Problemas al mostrar personajes a distancia
  • Técnicamente sólo cumple

NIOH

Bueno
Distribuidor: Sony
Plataforma/s: PlayStation 4
Genero: acción, aventura
Jugadores: 1
Audio/Textos: Castellano/Castellano

La entrada Análisis de Nioh aparece primero en Ramen Para Dos.


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